Empezamos con la cena de compañeros de trabajo (sin duda la más peligrosa), seguimos con la Noche Buena, Comida de Navidad, Noche Vieja, Año Nuevo, y ya sólo falta la Noche de Reyes....además el picoteo, con la conocida bandeja de turrones y mazapanes que nos plantan cada vez que hacemos una visita en casa ajena. Entre dulces, asados, vinos y licores....nos hemos metido en el cuerpo unas cuantas calorías, y no precisamente de calidad.
La vuelta a la rutina laboral puede ser indeseada para alguno, sin embargo yo lo veo así; me beneficia en el descanso, en la calidad de comida, el consumo de agua (bebo más), los horarios de entrenamientos, etc.. y de esta manera el cuerpo lo agradece.
Pienso que hay que saber estar en cada situación, disfrutando al máximo; este tipo de excesos, si fueran continuos serían nocivos, pero de vez en cuando son casi aconsejables, así como la inminente vuelta al trabajo!
RV