Después de comer, Alberto y yo nos pusimos a preparar el K2. un magnífico barco de 18 kg, fabricado por Tropical Fiberglass, de talla pequeña, con la proa llena de una especie de esparadrapo y con los reposapiés de plástico. Teníamos bastante trabajo por delante.
Montamos el achicador, que, por cierto, lo llevamos como lastre, ya que en la regata no funcionó, pues las ingentes cantidades de agua que nos entraban iban hacia la proa. Le pusimos las asas, adaptamos los asientos y lijamos la punta del K2.
Nos fuimos a dormir con los deberes hechos, pero se me juntó el cansancio de la regata en K1, el Jet Lag y la visualización de la regata en K2, lo que me dejó en vela casi toda la noche.
El jueves, con más ilusión que otra cosa, nos fuimos al agua para calentar un poco y probar el K2. Era la primera vez que Alberto y yo remábamos juntos. En cuanto a las sensaciones de remar juntos, todo perfecto, como si lo hubiéramos hecho durante años.
En cuanto a la piragua, enseguida vi que íbamos a tener problemas con la entrada de agua. La proa iba muy hundida.
En el pantalán de salida estábamos 20 K2, todas las edades a la vez. La salida la hicimos sin meter mucha fuerza con las piernas, ya que teníamos los reposapiés de plástico, y podían saltar por los aires, con lo que ello supondría. Teníamos que ser cautos. Por delante se hicieron un par de grupos, y nosotros nos quedamos un poco descolgados, pero una vez que cogimos el ritmo, fuimos acortando la distancia con el segundo grupo, hasta que los alcanzamos.
Debido a los problemas con la flotabilidad, cualquier ola un poquito grande nos entraba entera, así que teníamos que estar muy atentos tanto a las olas de los dichosos barcos turísticos, como a las olas generadas por nuestros rivales, tuvimos que vaciar en todos los porteos, . Hubo un momento, después de cruzarnos con un barco, que tuvimos que descolgarnos del grupo, porque teníamos tanta agua dentro que las olas que generaban nos hacía tener la proa entera hundida, con riesgo de irnos a pique. En ese momento ya íbamos segundos, y teníamos mucho que perder y poco que ganar.
Después de vaciar durante el porteo, volvimos a engancharnos con el grupo, y ésta vez, para no tener problemas con la flotabilidad, nos pusimos a marcar.
Al final, cruzamos la meta segundos en nuestra categoría y sextos en la general. Fue una regata muy diferente a la del día anterior, una regata con varias situaciones y en la que aprendí mucho gracias a los consejos de Alberto; me falta experiencia. Resumiendo, una regata que la disfruté de principio a fin, ¡me gusta remar en K2!.
Cuando llegamos a meta, Alberto y yo nos dimos un chapuzón en las aguas de Marina Bay, que aunque no estaba muy limpia que digamos, la ocasión merecía la pena.
Fui hasta Singapur con la intención de disfrutar y participar en un evento de este calibre, y he tenido la suerte que además de disfrutar, he conseguido un subcampeonato del mundo. Increíble e inolvidable.
Este sueño hecho realidad, además de por mi constancia en el entreno y los sacrificios realizados, es parte de mucha más gente.
Aprovecho la ocasión para dar las gracias:
A mi mujer y a mi familia por apoyarme en este proyecto, muchas gracias. A Rober, amigo y compañero de andanzas por el río, muchas gracias. Gracias también a José Mari de Comercial Oroz por su interés y patrocinio. A Alberto, muchas gracias por remar conmigo. Gracias a Amaia por su apoyo, sus consejos y su soporte técnico. A los compañeros del club que se interesan por nosotros y nuestras andanzas. A la gente que nos sigue y se alegra con nuestros triunfos. A todos los palistas con los que coincidimos de regata en regata, que comparten sus experiencias con nosotros y no dudan en aconsejarnos,
A todos ellos…… ¡MUCHAS GRACIAS!
Y para los cobardes que bajo el anonimato intentan hacer daño y descalificar en los foros, para los envidiosos que se alegran con nuestros fracasos y minusvaloran nuestros triunfos; en general, para la mala gente que busca hacer daño a los que sólo pretendemos disfrutar con el piragüismo,
A todos ellos…… Lo siento.
Javi